El contexto
El edificio de la biblioteca y archivo de Calaf se plantea urbanísticamente claramente relacionado con el área docente que tiene al lado (escuela Alta Segarra, guardería y escuela de música) y se entiende que las sinergias generadas con estas escuelas serán las que harán funcionar el equipamiento. El parque pasa a ser la fachada de la biblioteca vista desde las escuelas en su recorrido más directo, por la calle de Antoni Martí Morera, y se convierte en una pieza protagonista para organizar los recorridos, generar puntos de encuentro y conferir la almohada térmico y acústico del nuevo edificio. Así, nos planteamos la fachada de la biblioteca casi a la inversa, donde la parte trasera pasa a ser la cara principal ya la inversa, quedando la relación con la calle como acceso meramente funcional.
Creando ciudad
El solar se sitúa en la corona exterior del municipio, tocando casi los campos de cultivo que lo rodean, y se convierte en uno de los límites del tejido consolidado. Esta carencia de trazas urbanísticas dominantes hace que entendamos el proyecto, precisamente, como un límite, como una separación entre el municipio consolidado y su entorno natural.
Visto así, nos interesaba la función que la nueva biblioteca podía aportar a cerrar la manzana formada por las calles Casajoana, Manel Giralt, Pius Forn y la carretera de Solsona, convirtiéndola en su conjunto en una pieza urbana por sí misma con el perímetro cerrado, convirtiéndose en límite por todas sus caras, y dentro de la cual sólo se podía acceder por las calles semi peatonales Martí Morera y Sallavinera. Creado este límite, la biblioteca pasa a ser una puerta de acceso al interior de manzana, dejando de ser sólo un edificio con un uso definido para pasar a ser una herramienta de carácter urbano, cuya función va más allá de la del equipamiento. La integración con el contexto, pues, no la entendemos como una relación visual de abrir aberturas, sino como una función útil de consolidación del tejido urbano a mayor escala.
La cerámica de Calaf
La propuesta se ha pensado desde la sobriedad, tanto en lo que se refiere a los materiales empleados como a los sistemas constructivos, que procuran estar al alcance de cualquier constructor de la zona. De hecho, la materialización del proyecto se ha configurado desde la proximidad de los materiales y las posibilidades de su reciclaje. Así, la tradición cerámica de Calaf permite valerse de este material en varios puntos del proyecto, bien sea en pavimentos como en celosías cerámicas. La cerámica es un material excelente frente a las inclemencias climáticas y tiene un gran comportamiento frente a los saltos de temperatura propios de un clima continental como el de Calaf, además de no requerir mantenimiento.
La cerámica se ha pensado como pavimento drenante por los viales peatonales del parque. Sería un pavimento ejecutado a partir de piezas recicladas de ladrillo de Calaf de poco valor comercial (restos de producción o dañadas) que irían encoladas en grupos de 5, formando adoquines de canto que permitirían drenar el agua por las juntas, permitiendo un firme permeable que garantizara el recorrido natural del agua sin interrupciones. La cerámica reciclada también se aprovecharía en el interior de la biblioteca, ejecutando un terrazo continuo con grano a base de machacado de restos de ladrillo de Calaf. En este caso, se ha priorizado la calidad de la luz que requiere la biblioteca, reduciendo el material a tonos rojizos dentro del acabado beige general del terrazo.
La envolvente
Por otro lado, la fachada se ha pensado con un revestimiento continuo tipo estucado, muy común en la zona, que confiera una imagen homogénea al conjunto y que acentúe su función como un elemento unitario. Éste se puede colorear en masa del mismo color que el esmaltado de las celosías y pasar por delante de las aberturas a suroeste para protegerlas del excesivo soleamiento. El estucado se aplicaría sobre un SATE de planchas de corcho expandido (λ: 0,037 W/mK), material ecológico y sin huella de CO2, que garantizaría la continuidad del aislamiento en todo el perímetro. También en la cubierta, que se plantea vegetada con diferentes especies de sedum y delosperma.
La estructura
La estructura se configura a partir de un sistema modular de madera laminada basado en la geometría del arco. La portada en forma de arco es una imagen grabada en la memoria de todos como una estrategia de máxima eficiencia estructural y repetida infinitas veces a lo largo de la historia. También en Calaf encontramos ejemplos de portaladas, entre las más visitadas las de la Plaça Gran y multitud de rincones dentro del casco antiguo.
La serenidad que confieren estos espacios se ha querido reproducir de forma contemporánea en un sistema modular que a base de la repetición formaría el esqueleto estructural del equipamiento. Este sistema está pensado para ser elaborado en taller a base de baldosas de madera laminada certificada y montado en seco a obra, garantizando calidad y tiempo de ejecución. Los cierres de madera recibirían un trasdosado autoportante por la cara interior, que permitiría el paso de instalaciones e iría rellenado de celulosa, aumentando el aislamiento del conjunto.
La estructura se completa con una losa de cimentación de 40cm que da inercia térmica al conjunto, acabada con un pavimento continuo de terrazo realizado con machacado cerámico reciclado de piezas de Calaf.